Fuente: La Vanguardia

La semana pasada los vecinos del apartado barrio de Sant Josep Obrer de Reus se levantaron con un acto vandálico que, lamentablemente, no supone una sorpresa. Alguien había quemado la marquesina de la parada de autobuses, destruyendo el techo y dejando en mal estado parte de la calle. “Ahora si llueve y estamos esperando el bus nos mojaremos”, comentaba con aire visiblemente molesto uno de los vecinos, usuario habitual del transporte público.

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