Fuente: El Diario

Extenso articulo de investigación de interesante lectura sobre las técnicas de Securitas Direct para captar clientes y, cita textual, «atarlos con contratos de permanencia que se extienden durante tres años».

El grupo de comerciales a su cargo asiste atento a la sesión de motivación antes de salir al mercado a vender alarmas puerta a puerta. Es una más de las charlas que tienen lugar cada mañana sobre las nueve en las distintas sedes de la compañía.

J. P., el gerente del equipo de ventas, sigue con su cantinela: «Esto va a ser aquí un himno, o ponen la alarma o no duermen, o ponen la alarma o no duermen». Casi nadie en la sala le sigue el estribillo. Uno de los vendedores, que está decidido a abandonar la empresa cansado de la presión por vender y el estrés al que está sometido el personal, graba a escondidas la escena con su teléfono móvil.

 

 

El episodio recogido en el vídeo, al que ha tenido acceso eldiario.es, se produjo hace tres años pero no había trascendido. Entonces, generó un gran revuelo en los despachos de la compañía líder en el sector –con más de 900.000 clientes y una facturación anual que ronda los 400 millones de euros solo en España, mil millones, si contamos las exportaciones– que es propiedad del fondo de inversión norteamericano Hellman & Friedman.

Las polémicas imágenes nunca vieron la luz, pese a que fueron parte de una denuncia en un juzgado de Pozuelo de Alarcón, donde tiene la sede la sociedad. La dirección de Securitas Direct optó por tapar el caso y llegó a un acuerdo extrajudicial con el denunciante, que alegaba daños morales por los métodos de algunos cargos intermedios. El extrabajador tuvo que firmar una cláusula de confidencialidad, según admite la propia empresa, y no ha querido atender a eldiario.es.

 

 

Batidas es cómo llaman en el argot profesional a las salidas en grupo del equipo de comerciales para peinar determinadas zonas. Quienes participan en ellas sostienen que las más eficientes se dan en los barrios donde se han producido robos recientemente. El objetivo es dejar instalada la alarma sea como sea y, si es posible, cuentan testigos de primera mano, «cerrar un plan de financiación del que a veces se avisa al cliente… y a veces no».

«Se trata de captar cuotas mensuales, que van de los 32 euros por equipo a los 42 si se incluye la financiación, IVA aparte. El precio del aparato es negociable, hemos llegado a cobrar desde 600 euros a 200 o incluso a regalarlos, porque el verdadero negocio está en atar a los clientes con contratos de permanencia que se extienden durante tres años«, sostiene M.

Pasó cerca de un año haciendo visitas y ahora ha cambiado de sector. Media docena de testigos que han accedido a hablar con eldiario.es y que forman o han formado parte de la plantilla de Securitas (ninguno de ellos mantiene pleitos laborales ni se ha ido a la competencia) defienden que para cubrir los objetivos sirve cualquier atajo. Que los gerentes aprietan a los vendedores, y los jefes territoriales a los gerentes y así hasta llegar a la dirección. Dos testigos que siguen en la empresa respaldan este relato con la condición de no ser identificados. Se niegan siquiera a facilitar sus iniciales.

Una respuesta

  1. Estoy completamente de acuerdo. A mí me tiraron la persiana de la puerta y más cosas en el 2020, justo con la cebada de la pandemia y piqué como una tonta hasta el punto de colarme la típica app que no sirve para nada más que para ingresar ellos un botín de mil millones al año, que se dice pronto. Ahora, que por fin me cumple la permanencia han pagado a un idiota drogado del pueblo en el que vivo y ha hackeado el móvil asociandolo pues es el mismo modelo, exactamente igual y saben todo de mi vida, aparte de acosarme las 24h del día tirando pájaros muertos y cacas de las palomas que crían a mi patio desde su terraza. Gente mafiosa y completamente asquerosa. Como yo digo, si alguien quiere conocer el infierno en la tierra, que contrate con Securitas Direct porque lo va a conocer de por vida y en toda la extensión de la palabra. Y al pobrecito que picó en la trampa igual que yo le deseo lo mejor porque apañado va.

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